Se preguntaba que estaba sucediendo y a donde iba a parar todo el tiempo perdido. Salió en busca de esa respuesta, a altas horas de la noche, cuando solo transitaban los taxis, borrachos, travestis, ladrones, drogadictos, mujerzuelas y espíritus. Entre callejones y avenidas se hizo parte de todos, infiltrándose cuan Mata Hari del siglo pasado. Seguía fija en su objetivo e incesante continuó su encomienda, moviéndose esta vez a un ambiente más sobrio; entre oficinistas, ejecutivos, jefes, clientes, compañeros de trabajo, salarios y horarios, dejando atrás sus andadas y adaptándose a su nuevo hábitat. Seguía preguntándose sobre el tiempo perdido, necesitaba recuperarlo a como diera lugar. Aun recordaba cuando sus días estaba colmados de atenciones, amores y compromisos que desvanecieron cuando su amor la dejó arrebatándole su tiempo y su corazón. Trascurrió en un pestañeo la vida de los 18 a los 24, sin encontrar el tiempo perdido y como todas las muchachas de la época pensaba que
Cuentos y reflexiones de diferentes dimensiones. Tu palabra tal como la madera, sea útil para todo y en todo: Hasta en la hoguera.