Ir al contenido principal

Decadencia


Ambos trabajaban en la misma oficina y salían por primera vez: Ella era la recepcionista y él era el Director.

-No he tomado champaña- Dijo la joven en tono sumiso.

-¿No la has probado? Te pierdes de un trago exquisito; te prometo que te va a encantar- Así, el esplendido señor le pide al camarero que por favor le traiga la botella de champagne más fina que tengan en inventario.

-Esto es vida... La buena comida, los lugares más exclusivos y la bebida exquisita. Esto es por lo que vivo. Y quiero tener una compañera que comparta todo eso conmigo.- Dijo nuevamente el distinguido. -Es que no entenderás porque aun estas muy joven y no has vivido en este entorno. Pero créeme esto no es nada comparado con lo que tendrás a mi lado: Viajes, restaurantes, tu propio carro y casa. Lo que quieras solo tienes que suspirar y eso estará a tus pies.

A ella le encantó la idea de todo lo dicho, y mientras él siguió su cuasi monólogo; ella pensaba en lo difícil que estaba la situación. En su casa no había comida en la nevera, sus hermanos todos trabajaban y ayudaban a los viejos. La universidad era su sueño inalcanzable y cada día tenía que pedir "fiao"en el colmado para poder comer o lavar. La joven contaba con una belleza sin par. Todos los encantos de una mujer perfecta estaban delicadamente colocados en su cuerpo; apenas rebasaba la adolescencia y su amor por las muñecas ya era parte de una triste y humilde historia aplastada por la necesidad.

El camarero se aproximó con una botella llena de burbujas y le sirvió a cada uno su copa 
 
- !SALUD!- dijeron en unísono

- La verdad que te agradezco el detalle. Esto es como un sueño.- Dijo ella.

-Yo resolveré todo... Mañana ve a la universidad y me llamas para mandarte con el chofer y el dinero de la inscripción.- Dijo él.

 La decadencia ha comenzado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Navidades y RD

Ese árbol navideño que tantas luces solía sostener y que tenía un efecto hipnotizante en todos los que entraban a la casa; solo cuelga telarañas... La cajita de música que tocaba una y otra vez las mismas melodías me transportaba al mismo polo norte y me sentaba a la vera de papa Noel; ya no es caja porque las extensiones lo incluyen. ¡Vamos a cortar yerba para los camellos de los reyes magos!, y pongámosle cigarrillos, ron, galletas, leche, etc.… Todo eso ya es un vago recuerdo del tiempo que solía ser el más esperado. De esa burbuja ya he hablado y muchos quizás no estén de acuerdo, mas a mi generación esto lo hacía tan feliz como recibir los regalos; ¿a donde fue a parar tanta magia? Recuerden que la fantasía es alimento de la niñez, déjenle saber cuando crezcan que hicieron lo imposible para que se acostaran el día antes de “los reyes magos” con un ojo abierto y uno cerrado. Las navidades se han ido de vacaciones, supongo que están peleadas con mi República Dominicana… Luch...

Un cuento Taíno (Arawaibe)

Era una noche muy tensa con olor a mar y animales muertos en el cacicazgo de Maguana. Los árboles derribados por doquier escenificaban el horrendo paisaje que había dejado ese devastador Huracán. -Cuando amanezca, tenemos que limpiar la tierra, madre de todo lo que comemos.- Dijo Caonabo, el cacique de Maguana a sus 21 Nitaínos. Con un acto de reverencia dieron este mandato por entendido. Lo que restaba era informarle a los naborías del gran trabajo que les esperaba. Y así concluyó la reunión de “la nobleza” taina. Caonabo entró en su bohío y se sorprende al ver a su behique llorando. El behique era el sabio del cacicazgo, además de ser curandero y poseer poderes mágicos. -¿Qué te sucede hombre sabio? -He cometido algo imperdonable. Caonabo, merezco la muerte, ni siquiera Apito me lo perdonaría.- Dijo en anciano entre sollozos. -Cuéntame, y puede que te perdone yo. Luego me encargo de Apito; has sido un hombre bueno y honesto. -Mi hija no murió. ¡Esto es terrible!- dijo el be...

Remembranza del hermano mayor

En un techo angosto, espejo de un cielo estrellado con un lunar transparente; me senté a pescar recuerdos de esos que deambulan libremente cuando el tiempo pasa inclemente por encima de nuestros cuerpos. Así te vi corretear como cuando aun eras niña y tu pelo rizo hacia juego con tus cachetes color rosa. Que niña más hermosa te decía mamá. Crecías y nos distanciábamos de repente, pero nunca me quité la armadura con la que me envistieron para protegerte por siempre, aunque ya no la notes. No he renunciado a mi rol de caballero que cuida tu existencia aunque yazca silente entre las sombras. El destino te prepara tantas cosas dulces como amargas, más no hay dulce sin amargo y cuando pruebas de este último, el primero optimiza su sabor. Estaré por siempre a tu lado, aunque cometas el peor de los errores; y nunca me dejarás de enorgullecer, pues tu dulzura ya saldó tus faltas con infinita fianza. Me encantaría estar presente día tras día para presenciar tu evolución en esta vida y velar por...