Ir al contenido principal

Anoche hablé con Juanpa: El encuentro

Antes de leer esta entrada favor leer "Anoche hablé con Juanpa: El rompecabezas ", dígase la publicación que antecede a esta.

Me apresuro a seguir a la señorita hacia el lugar donde presentaban la obra y los sudores brotaban de cada poro de mi cuerpo, logrando así, formar una capa mojada en mi espalda. Seguimos caminando en silencio y veo a dos hombres negros sobre caballos con uniforme castrense, los cuales nos miraban como a sospechosos; gesto que nuestra querida amiga ignoró muy adrede, haciendo que la secundara en el gesto.

-Agárrame la mano para que crean que somos una pareja; con eso vamos a reducir el nivel sospecha.- dijo ella casi en susurros.

Yo asentí con ese placer que solo la complicidad sabe propinar y agarré a mi dama cuan si fuésemos una pareja de recién casados y apaciguamos el paso.

-Ya estamos llegando. – Me dijo.

Yo solo la seguía. En menos de 2 esquinas, ya podía ver un casón antiquísimo casi hecho ruinas con un letrero modesto anunciando: “ESTA NOCHE: LA VIUDA DE PADILLA”.

Entramos al sitio y todo el mundo estaba reunido en un pequeño recibidor, me imagino que haciendo hora hasta que la obra empezara. Mi acompañante me comenta algunos nombres que no recuerdo y me preguntó si quería conocer al director de la obra; asentí y nos dirigimos hacia donde él.

-Muy buenas noches distinguido; aquí le presento a un amigo que está de nuestro lado. Es nuevo en todo esto.- dice mi amiga en tono reverente.

El Director de la obra se queda mirándome fijamente y sentí como si me estuviesen escaneando en un aeropuerto.

-Mucho gusto soy Juan Pablo Duarte. Mis amigos me llaman Juanpa.

En eso me detuve a pensar por 15 segundos:

¿¡QUE!? ¿¡JUAN PABLO DUARTE!? … Dígase que estoy en la grandiosa Filantrópica, años antes de la independencia nacional; de repente todo está teniendo algo de sentido. Definitivamente tengo que hablar con él a solas…

....

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un cuento Taíno (Arawaibe)

Era una noche muy tensa con olor a mar y animales muertos en el cacicazgo de Maguana. Los árboles derribados por doquier escenificaban el horrendo paisaje que había dejado ese devastador Huracán. -Cuando amanezca, tenemos que limpiar la tierra, madre de todo lo que comemos.- Dijo Caonabo, el cacique de Maguana a sus 21 Nitaínos. Con un acto de reverencia dieron este mandato por entendido. Lo que restaba era informarle a los naborías del gran trabajo que les esperaba. Y así concluyó la reunión de “la nobleza” taina. Caonabo entró en su bohío y se sorprende al ver a su behique llorando. El behique era el sabio del cacicazgo, además de ser curandero y poseer poderes mágicos. -¿Qué te sucede hombre sabio? -He cometido algo imperdonable. Caonabo, merezco la muerte, ni siquiera Apito me lo perdonaría.- Dijo en anciano entre sollozos. -Cuéntame, y puede que te perdone yo. Luego me encargo de Apito; has sido un hombre bueno y honesto. -Mi hija no murió. ¡Esto es terrible!- dijo el be

Navidades y RD

Ese árbol navideño que tantas luces solía sostener y que tenía un efecto hipnotizante en todos los que entraban a la casa; solo cuelga telarañas... La cajita de música que tocaba una y otra vez las mismas melodías me transportaba al mismo polo norte y me sentaba a la vera de papa Noel; ya no es caja porque las extensiones lo incluyen. ¡Vamos a cortar yerba para los camellos de los reyes magos!, y pongámosle cigarrillos, ron, galletas, leche, etc.… Todo eso ya es un vago recuerdo del tiempo que solía ser el más esperado. De esa burbuja ya he hablado y muchos quizás no estén de acuerdo, mas a mi generación esto lo hacía tan feliz como recibir los regalos; ¿a donde fue a parar tanta magia? Recuerden que la fantasía es alimento de la niñez, déjenle saber cuando crezcan que hicieron lo imposible para que se acostaran el día antes de “los reyes magos” con un ojo abierto y uno cerrado. Las navidades se han ido de vacaciones, supongo que están peleadas con mi República Dominicana… Luch

El cuento maduro de la Navidad

El lavamanos estaba botando agua caliente sin pausa y en gran cantidad mientras le hablaba en voz baja un joven a otro que lo observaba en silencio: “Debo tanto y quisiera pagar… Debo muchas explicaciones de cosas que verdaderamente no sé explicar y que no se si en realidad importan o cambiarán para bien la vida de alguien incluyendo la mía. Debo volver a ser más callado. La soltura no me sienta, siempre he sido muy discreto. Debo volver a ser celoso de mi vida, de mi privacidad, de mi independencia. Debo dar más…Ser aquel muchacho encantador de antes, que no temía a la aventura.” El que guardaba en silencio de pronto lo interrumpió: “Veo que quieres magia. Quieres ser quien eras y me das asco, porque no estás apreciando que eres todo lo opuesto a lo que tanto te endeuda hoy día. Por lo que hoy, puedes decir que has saldado cualquier cosa que te abruma producto de quien fuiste. ¡Estúpido! lava tu cara con un poco de esa agua caliente que abriste hace cinco minutos, porque hace un poco