Antes de leer esta entrada favor leer "Anoche hablé con Juanpa: El patio", dígase la publicación que antecede a esta.
-"Nunca quise tiranos ni el desperdicio de sangre para nuestro pueblo. Me han contado que todo va corriendo bien en tu era; salvo que los mismos coludos y bolos no han desistido en su afán por gobernar a su manera, y no como mi república se lo merece. No apoyo las negociaciones que ponen en peligro la soberanía por la que tanto se ha luchado.
Dios, Patria y Libertad lo cambiaron por Dinero, conveniencia personal y corrupción. Ojo con eso; no estoy diciendo que todos son malos, pero los buenos son pocos y no tienen dominio del poder.
El poder se está utilizando para beneficiar a los clientes internos de la empresa del Estado; no pienses que no estoy enterado de nada, pero me molesta mucho que utilicen los principios nacionales que sembramos los trinitarios para endosar un cheque destinado al bienestar de unos pocos y a la desgracia de tantos que se levantan temprano a buscar el pan de sus crías.
Hoy estás viendo como estamos gobernados por otra nación y de ahí sale la furia que desata una independencia inevitable envuelta en una muy necesitada revolución. Mas la diferencia es mínima con lo que estás viviendo tú en tu época. Esta revolución que estoy planeando no es por el simple hecho de que estemos bajo dominio extranjero; esa lucha se librará y saldremos victoriosos. Tu lucha debe ser por librarse del descontento quisqueyano. Si es preciso sublevarse para librar a tu patria de una opresión, la nacionalidad del gobernante es irrelevante.
Indómita y brava se mantendrá la República Dominicana aunque la pisoteen millones de veces si de su vientre siguen naciendo ciudadanos que la aprecien y deseen el bienestar común.
Ahora hijo, levántate que tienes trabajo por hacer."
El despertador en ese instante sonó con auténtica energía, haciendo que me quedara con la palabra en la boca, me pusiera de pie y sonriera al ver el sol visitando a mi tierra, la hija de la Trinitaria. Me pregunté si algún día volveré a tener la dicha de conversar con el visionario protagonista de mi libertad.
-"Nunca quise tiranos ni el desperdicio de sangre para nuestro pueblo. Me han contado que todo va corriendo bien en tu era; salvo que los mismos coludos y bolos no han desistido en su afán por gobernar a su manera, y no como mi república se lo merece. No apoyo las negociaciones que ponen en peligro la soberanía por la que tanto se ha luchado.
Dios, Patria y Libertad lo cambiaron por Dinero, conveniencia personal y corrupción. Ojo con eso; no estoy diciendo que todos son malos, pero los buenos son pocos y no tienen dominio del poder.
El poder se está utilizando para beneficiar a los clientes internos de la empresa del Estado; no pienses que no estoy enterado de nada, pero me molesta mucho que utilicen los principios nacionales que sembramos los trinitarios para endosar un cheque destinado al bienestar de unos pocos y a la desgracia de tantos que se levantan temprano a buscar el pan de sus crías.
Hoy estás viendo como estamos gobernados por otra nación y de ahí sale la furia que desata una independencia inevitable envuelta en una muy necesitada revolución. Mas la diferencia es mínima con lo que estás viviendo tú en tu época. Esta revolución que estoy planeando no es por el simple hecho de que estemos bajo dominio extranjero; esa lucha se librará y saldremos victoriosos. Tu lucha debe ser por librarse del descontento quisqueyano. Si es preciso sublevarse para librar a tu patria de una opresión, la nacionalidad del gobernante es irrelevante.
Indómita y brava se mantendrá la República Dominicana aunque la pisoteen millones de veces si de su vientre siguen naciendo ciudadanos que la aprecien y deseen el bienestar común.
Ahora hijo, levántate que tienes trabajo por hacer."
El despertador en ese instante sonó con auténtica energía, haciendo que me quedara con la palabra en la boca, me pusiera de pie y sonriera al ver el sol visitando a mi tierra, la hija de la Trinitaria. Me pregunté si algún día volveré a tener la dicha de conversar con el visionario protagonista de mi libertad.
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