Ir al contenido principal

Él

Lo deseaba con furia. Sus noches eran amargas cuando se entregaba a otro cuerpo que no era el de Él. Su amor era un barco a la deriva que no encontraba costas donde arribar.

No saciaba sus ansias locas de entregarse en búsqueda de ese instante mágico de felicidad que solo Él llegó a darle; y lo lamentaba aproximadamente cada 15 días, cuando la realidad de su ausencia la golpeaba cuán martillo a su clavo.

Los momentos de felicidad eran solo cuando ella soñaba con su cuerpo; no era nada sentimental, todo era carne. ¡Qué ironía! Ese deseo carnal se había convertido en algo tan sublime que le consumía el espíritu hasta convertirse en parte mecánica de su ser y sus actos.

Todo lo hacía con el fin de que Él se enterara, mas sin embargo nunca se percató de que ella lo adoraba y lo quería de veras. Pobre flor sin pétalos.

Cuando Él la encontró, ella estaba marchita, sin embargo, Él acabó con lo último que le quedaba. Su desgracia comenzó cuando se propuso a buscar al sustituto; clavo que sacaría al otro.

Su cuerpo, nunca encontró al compañero que remplazaría a ese galán que tenía las cualidades emocionales para ser su alma gemela.

Pobre de ella que nunca quiso otra cosa que no fuera Él.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un cuento Taíno (Arawaibe)

Era una noche muy tensa con olor a mar y animales muertos en el cacicazgo de Maguana. Los árboles derribados por doquier escenificaban el horrendo paisaje que había dejado ese devastador Huracán. -Cuando amanezca, tenemos que limpiar la tierra, madre de todo lo que comemos.- Dijo Caonabo, el cacique de Maguana a sus 21 Nitaínos. Con un acto de reverencia dieron este mandato por entendido. Lo que restaba era informarle a los naborías del gran trabajo que les esperaba. Y así concluyó la reunión de “la nobleza” taina. Caonabo entró en su bohío y se sorprende al ver a su behique llorando. El behique era el sabio del cacicazgo, además de ser curandero y poseer poderes mágicos. -¿Qué te sucede hombre sabio? -He cometido algo imperdonable. Caonabo, merezco la muerte, ni siquiera Apito me lo perdonaría.- Dijo en anciano entre sollozos. -Cuéntame, y puede que te perdone yo. Luego me encargo de Apito; has sido un hombre bueno y honesto. -Mi hija no murió. ¡Esto es terrible!- dijo el be

Navidades y RD

Ese árbol navideño que tantas luces solía sostener y que tenía un efecto hipnotizante en todos los que entraban a la casa; solo cuelga telarañas... La cajita de música que tocaba una y otra vez las mismas melodías me transportaba al mismo polo norte y me sentaba a la vera de papa Noel; ya no es caja porque las extensiones lo incluyen. ¡Vamos a cortar yerba para los camellos de los reyes magos!, y pongámosle cigarrillos, ron, galletas, leche, etc.… Todo eso ya es un vago recuerdo del tiempo que solía ser el más esperado. De esa burbuja ya he hablado y muchos quizás no estén de acuerdo, mas a mi generación esto lo hacía tan feliz como recibir los regalos; ¿a donde fue a parar tanta magia? Recuerden que la fantasía es alimento de la niñez, déjenle saber cuando crezcan que hicieron lo imposible para que se acostaran el día antes de “los reyes magos” con un ojo abierto y uno cerrado. Las navidades se han ido de vacaciones, supongo que están peleadas con mi República Dominicana… Luch

No esperes (de mí)

De mí no esperes palabras dulces; espera realidad De mí no esperes un abrazo de consuelo; espera un bofetón que te espabile De mí no esperes una sonrisa falsa; espera una carcajada cuando lo amerite De mí no esperes un problema; espera una solución De mí no esperes desesperación; espera calma De mí no esperes visitas; espera  permanencia De mí no esperes olvido; espera libertad De mí no esperes rencor; espera silencio De mí no esperes necedades; espera tu espacio De mí no esperes lo que quieres; espérame a mí.