- “Al final del camino te conocí. Pero no era éste mi camino, ni el tuyo definitivamente, permíteme explicarme de manera más clara: Tú tienes muchos caminos cortos, no sé si es que los recorres muy rápido o vences los obstáculos de manera más fácil que yo; la verdadera realidad es que tienes esa facilidad, y tus metas se van cumpliendo y así vas culminando tus etapas.
En cambio mi camino es único, solitario, no hay más de esos. Es largo, sin atajos y numerosos obstáculos. Éste cuenta con un área desde la cuál te pude contemplar, específicamente una especie de observatorio.
Desde el observatorio veo precisamente el final de todos los caminos y el inicio de otro de cada persona que me rodea. Pero la estática de mi situación es lo que la hace diferente. Discúlpame por favor, que en realidad nada de esto es el tema en esta conversación monologada…
Ya te vas porque este es el punto en que tu camino se descruza del mío y quiero que sepas que estaba consciente de que esto iba a pasar más temprano que tarde. Pero en realidad no hay necesidad de derramar lágrimas ni nada por el estilo, si eso lo que hace es provocar drama. ¿Es cosa mía o todo lo estoy asociando con el camino? Nuevamente te extiendo mis más sinceras disculpas si esto te parece un poco estúpido y lleno de rodeos, pero escucha.
…este es el punto en que tu camino se descruza del mío, créeme que he visto esto una y tantas veces que para mí es normal aunque pare ti no lo sea. Pero es muy necesario porque lo mío es: sin prisa pero sin pausa; lo tuyo es: Rápido que hay que llegar.
La vida me ha contado muchas cosas buenas de ti, me prometió que todo irá bien y que necesitas abrir tus alas que amarré en este brevísimo periodo. Tú camino aparte de que llegó al punto en que se desviará del mío, pronto culminará, ya vi su final, así como también vi el inicio de tu próximo, que será tan bondadoso y provechoso como los demás que has tenido.
Creo que no hay nada que empacar porque siempre cargamos con los sueños y la realidad: Mi sueño es tenerte y mi realidad es que te tienes que marchar.
Por favor no hables, porque me gusta creer que siempre tengo la razón y en este momento todo está súper bien, mañana no sé.
Tengo que hablar más del camino: Mi camino no le veo final, para comenzar con el otro. Pero prefiero que siga como va, porque me voy acostumbrando y aunque no sea el más cómodo, sigue siendo mío.”
Así culminé la despedida, ese día en que la belleza brotaba hasta de su pestañeo… Cuando solo mirarla me hacía soñar despierto. No puedes creer lo hermosa que era ella. Tengo para contarte que ni siquiera lloró, solo me abrazó con la misma sonrisa serena, esa que calmaba mis demonios mas desquiciados. Dio la espalda y con un gesto de conformidad me dijo adiós con la mano y se marchó poniendo fin a mi locura y a un posible gran amor. Yo sigo aún a mitad de camino cuando ella ha recorrido unos cuantos más. De eso hace tanto tiempo que no le encuentro gracia a la distancia que me falta por recorrer.
En cambio mi camino es único, solitario, no hay más de esos. Es largo, sin atajos y numerosos obstáculos. Éste cuenta con un área desde la cuál te pude contemplar, específicamente una especie de observatorio.
Desde el observatorio veo precisamente el final de todos los caminos y el inicio de otro de cada persona que me rodea. Pero la estática de mi situación es lo que la hace diferente. Discúlpame por favor, que en realidad nada de esto es el tema en esta conversación monologada…
Ya te vas porque este es el punto en que tu camino se descruza del mío y quiero que sepas que estaba consciente de que esto iba a pasar más temprano que tarde. Pero en realidad no hay necesidad de derramar lágrimas ni nada por el estilo, si eso lo que hace es provocar drama. ¿Es cosa mía o todo lo estoy asociando con el camino? Nuevamente te extiendo mis más sinceras disculpas si esto te parece un poco estúpido y lleno de rodeos, pero escucha.
…este es el punto en que tu camino se descruza del mío, créeme que he visto esto una y tantas veces que para mí es normal aunque pare ti no lo sea. Pero es muy necesario porque lo mío es: sin prisa pero sin pausa; lo tuyo es: Rápido que hay que llegar.
La vida me ha contado muchas cosas buenas de ti, me prometió que todo irá bien y que necesitas abrir tus alas que amarré en este brevísimo periodo. Tú camino aparte de que llegó al punto en que se desviará del mío, pronto culminará, ya vi su final, así como también vi el inicio de tu próximo, que será tan bondadoso y provechoso como los demás que has tenido.
Creo que no hay nada que empacar porque siempre cargamos con los sueños y la realidad: Mi sueño es tenerte y mi realidad es que te tienes que marchar.
Por favor no hables, porque me gusta creer que siempre tengo la razón y en este momento todo está súper bien, mañana no sé.
Tengo que hablar más del camino: Mi camino no le veo final, para comenzar con el otro. Pero prefiero que siga como va, porque me voy acostumbrando y aunque no sea el más cómodo, sigue siendo mío.”
Así culminé la despedida, ese día en que la belleza brotaba hasta de su pestañeo… Cuando solo mirarla me hacía soñar despierto. No puedes creer lo hermosa que era ella. Tengo para contarte que ni siquiera lloró, solo me abrazó con la misma sonrisa serena, esa que calmaba mis demonios mas desquiciados. Dio la espalda y con un gesto de conformidad me dijo adiós con la mano y se marchó poniendo fin a mi locura y a un posible gran amor. Yo sigo aún a mitad de camino cuando ella ha recorrido unos cuantos más. De eso hace tanto tiempo que no le encuentro gracia a la distancia que me falta por recorrer.
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