Cuando ese día llegue, en que mi brillo no te llene, mis pasos te molesten y mis palabras te irriten; quiero que respires y recuerdes las siguientes cosas:
Recuerda ese día, ese instante en que nos cruzamos por vez primera, cuando para mi eras un templo místico encantando y el misterio rodeaba tu aura infinita e indescifrable. Recuerda mis palabras que te enamoraron y las miradas que te hipnotizaron. Recuerda que nos enamoramos de la belleza y nos acostumbramos a las desventuras de la vida.
Recuerda por favor, que alguna vez fui el sabor del mes en tu heladería y a veces tan solo mirarme de reojo te sonrojaba.
El día en que mi amistad no sea útil, recuerda que cuando nos conocimos, nos necesitábamos, luego nos acostumbramos, y desde entonces nos compenetramos. Recuerda que dijiste que no faltarías (Aunque hoy estés ausente) y que la mano en fuego por mi metías.
Recuerda todo esto cuando vayas perdiendo tu admiración hacia nuestra verdadera amistad para que no pierdas el concepto del por qué nos hicimos amigos.
Recuerda, y esta es buena, que la vida es como un autobús y ella misma es a la vez “pasajera”.
Si hoy no soy útil en tu vida, recuerda que un día fui tu todo. Si en realidad ha llegado ese día en que al fin te diste cuenta que no soy útil “anymore” te pido recuerdes todo esto que ves aquí, porque simplemente eso es lo que hago cuando tu vida útil comienza a caducar.
Recordando todo esto, la desdicha no mancha la gloria de los capítulos mutuos en el libro de la vida y quizás así se prolongue la vida útil de mi vida en tu vida.
Recuerda ese día, ese instante en que nos cruzamos por vez primera, cuando para mi eras un templo místico encantando y el misterio rodeaba tu aura infinita e indescifrable. Recuerda mis palabras que te enamoraron y las miradas que te hipnotizaron. Recuerda que nos enamoramos de la belleza y nos acostumbramos a las desventuras de la vida.
Recuerda por favor, que alguna vez fui el sabor del mes en tu heladería y a veces tan solo mirarme de reojo te sonrojaba.
El día en que mi amistad no sea útil, recuerda que cuando nos conocimos, nos necesitábamos, luego nos acostumbramos, y desde entonces nos compenetramos. Recuerda que dijiste que no faltarías (Aunque hoy estés ausente) y que la mano en fuego por mi metías.
Recuerda todo esto cuando vayas perdiendo tu admiración hacia nuestra verdadera amistad para que no pierdas el concepto del por qué nos hicimos amigos.
Recuerda, y esta es buena, que la vida es como un autobús y ella misma es a la vez “pasajera”.
Si hoy no soy útil en tu vida, recuerda que un día fui tu todo. Si en realidad ha llegado ese día en que al fin te diste cuenta que no soy útil “anymore” te pido recuerdes todo esto que ves aquí, porque simplemente eso es lo que hago cuando tu vida útil comienza a caducar.
Recordando todo esto, la desdicha no mancha la gloria de los capítulos mutuos en el libro de la vida y quizás así se prolongue la vida útil de mi vida en tu vida.
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