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Mostrando entradas de noviembre, 2009

Esta Navidad

Odio esta navidad tanto como las que no te he tenido a mi lado. Odio esta navidad porque nada es igual Odio esta navidad porque ya no comparto Odio esta navidad porque no estoy en mi lugar Odio esta navidad porque no tengo un arbolito Odio esta navidad porque cuando pequeño la solía amar Odio esta navidad porque no hay reyes magos Odio esta navidad porque mi rumbo no acabo de encontrar Odio esta navidad por tantas luces Odio esta navidad y la gente sigue igual Odio las jugueterías pero no a los niños Odio la edad que tengo en esta época del año Odio el no poder amar esta maldita navidad Odio esta navidad, pero no es que odie La Navidad en general Odio esta navidad porque tengo casa mas no tengo hogar Odio esta navidad porque llegó muy rápido Odio esta navidad y estoy llegando a pensar que es un problema personal Odio esta navidad y no hay más nada que hablar Odio esta navidad aunque a la próxima la llegue a amar Feliz Navidad a todos. Esta es solo mi navidad 2009, qu

Un taxi por favor: Compenetración

Esta es la continuación de: Un taxi por favor, si no lo ha leído, por favor ver la entrada anterior. Sin tener que tocar bocina Casimiro y Darío se sincronizaron de manera tal que solo hizo asomar el taxi cuando ya el cliente se había subido. -Buenas noches Casimiro, noche fresca ¿no? – Dice Darío en tono jovial y calmado. -Definitivamente, ¿Cómo le fue? -Muy bien diría yo -Ok. Darío, me da curiosidad el saber como es que voy a ganar tanto dinero como promete. -Tú tranquilo, eventualmente ya verás como hacerlo, se me olvidaba decirte que voy para un hotel y necesito que me esperes hasta que amanezca ¿Está bien? -Normalmente trabajo casi de amanecida, asi que no veo ningún problema. -Dirígete al malecón que me quedo en el 5to. Sin decir mas Casimiro lo llevo al 5to y lo esperó cuan perro fiel a su amo en el parqueo subterrado hasta el amanecer. A las 7:05 AM se apareció el cliente y le pidió que le llevara al aeropuerto. “Este señor no pregunta precios y solo da ordenes, debe disponer d

Un taxi por favor

Un viento seco y frio rondaba las calles de Santo Domingo ese invierno en que la luz se iba por periodos extensos y la delincuencia vigilaba las esquinas de los barrios principales; esos días en que el ayuntamiento en vez de tener el programa “Barrio Seguro” tenía “barrio sálvese quien pueda”, manzanas, peras, turrones y dulces navideños colgando de las casetas llenas de lucecitas de muchos colores alegóricos a las fiestas pascuas. Como siempre Casimiro hacía su turno de taxi de amanecida, y su vida transcurría de lo más normal, sin excesos ni historias fantásticas de esas que se pueden encontrar en canciones de Arjona. Simplemente hacia sus turnos a lo largo de la noche entre las calles amazónicas de la parte baja de mi ciudad capital. La temporada estaba media lenta como de costumbre y recibe por radio un servicio de un cliente que vivía en un residencial retirado, con mucho gusto responde positivo, y cuando llega a buscarlo se sorprende de el porte y elegancia de este caballero que