Me permitiré esta noche deambular entre dormidos. Haré de mi insomnio algo especial. Tengo ganas de andar por mi casa a oscuras y hacerme uno con las sombras, escuchar atento al silencio de la noche y sentir la energía que me dejo el día.
Dejaré que mi conciencia se eleve de manera indómita y altiva entre los subconscientes que flotan cuando todos a mí alrededor duermen. Admirare las ojeras que se han postrado en mi rostro como trofeos de competencias de las mentes imparables que por los siglos de los siglos han logrado y lograran glorias mientras todos descansan.
Hablaré con Dios aunque solo me escuche y tome notas de mis absurdos deseos, pero aprovecharé para agradecerle que esta noche pueda contar mis latidos y suspiros. De paso le acariciaré el pelo a las musas que se asoman a mi balcón a susurrarme las historias y canciones que escribiré mientras el motor de mis sueños se calibra y reinicia su marcha.
Coquetearé esta noche con la locura de planificar mis pensamientos del amanecer para asi reanudar mis proyectos de un futuro incierto pero fascinante.
Dejaré que el calor de esta noche veraniega haga en mi piel su nido y me traiga del olvido los recuerdos de antaño, estaré sobrio y desvelado hasta que mis pupilas lo decidan.
Hoy mi mente se niega a descansar y por eso mi cuerpo la acompaña en la aventura a deshora de la búsqueda insaciable de la serena cordura.
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