Ir al contenido principal

Al final del sueño


Vuelve la cama a temblar, pero con más intensidad que otras veces en las cuales quedaba colgado de un hilo de plata cuan cometa izado. En esta ocasión, estaba justo antes de llegar a mi cuerpo, cuidándome de los espejos del perímetro, estaba lúcido en mi expedición subconsciente, decidí devolverme para poder recordar. Volví justamente al final del  sueño y comencé a recorrerlo  al revés; del punto B al A para recapitular  la desgracia que había vislumbrado pero que en ese momento yacía en las penumbras.
Lo primero que hice fue  girar 180 grados y caminar de frente en mi rumbo de reversa. A mis pies caminaban muchos gatos de diferentes colores, parecían indiferentes a las excentricidades de mí alrededor.
Arboles con rostros cantaban a coro en un idioma alienígena que por alguna razón yo podía entender y lo único que repetían era “Desgracia”. No tenía miedo pero en ese momento recuerdo que me agitaba por el ruido, estaba en la cúpula de la noche recorriendo ahora por un puente amplio, elevado, iluminado e intransitado. Aumenté mi velocidad de tal manera que corría como un automóvil sin sentir cansancio.  Podía distinguir que estaba en una ciudad conocida pero en una época mixta en el tiempo ya que sentía que estaba en el futuro pero la arquitectura era colonial.  
Hice una parada en una plaza comercial amplia, donde todos los que en ella transitaban, lo hacían en patines, con ropa plateada. Curiosamente, todos brillaban bajo un aura luminosa, luciendo felices y relajados, excepto yo.
Tomé unos callejones donde habían cafeterías para tomarme un refresco cuando de pronto un ciego posó su mano en mi hombro diciéndome que lo guiara que había perdido su bastón. Compartimos un refresco mientras me decía que su vida no era tan difícil como aparentaba, para demostrármelo comenzó a leer un libro grueso hecho en sistema Braille de Física Cuántica y Cronología, de tal manera encontré la respuesta que me hizo devolver al sueño, esta vez le dije que lo repitiera varias veces para memorizar su contenido. Cuando al fin pude recitar lo que me decía el ciego en su lectura., todo comenzó a disolverse y yo me desplazaba hasta mi cuerpo a la velocidad del sonido. Todo zumbaba y los colores se mezclaban con voces perdidas y gatos serenos en un remolino desfalleciente.
Desperté agitado sin poderme mover por unos minutos.  Cuando al fin pude hablar lo único que vociferé fue una maldición porque no recordaba lo que recité insistentemente con el ciego en mi sueño.
Fui al baño a lavar mi cara y en el espejo había una serie de puntos pintados con acuarela, como un pequeño párrafo escrito en Braille, busqué mi celular para tomar una foto y comenzar a descifrar el texto que iba más o menos de esta forma:


“El futuro no es más que el proyecto de tu presente. De manera colectiva, se suma el Presente de cada ser viviente y el resultado hace el Futuro. Dígase, que cada ser, colabora individualmente para lograr lo colectivo. No existe aún, pero está en constante desarrollo. Por ende, el Futuro no es más que el Presente en constante desarrollo.”
No entiendo cómo llegó ese mensaje o cómo se pintó en mi espejo, sin embargo entendí el  por qué no sentí temor cuando los árboles balbuceaban su lamento…  ¿Quién sabe que nos traerá el destino? ¿Desgracia? De eso me encargaré yo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Un cuento Taíno (Arawaibe)

Era una noche muy tensa con olor a mar y animales muertos en el cacicazgo de Maguana. Los árboles derribados por doquier escenificaban el horrendo paisaje que había dejado ese devastador Huracán. -Cuando amanezca, tenemos que limpiar la tierra, madre de todo lo que comemos.- Dijo Caonabo, el cacique de Maguana a sus 21 Nitaínos. Con un acto de reverencia dieron este mandato por entendido. Lo que restaba era informarle a los naborías del gran trabajo que les esperaba. Y así concluyó la reunión de “la nobleza” taina. Caonabo entró en su bohío y se sorprende al ver a su behique llorando. El behique era el sabio del cacicazgo, además de ser curandero y poseer poderes mágicos. -¿Qué te sucede hombre sabio? -He cometido algo imperdonable. Caonabo, merezco la muerte, ni siquiera Apito me lo perdonaría.- Dijo en anciano entre sollozos. -Cuéntame, y puede que te perdone yo. Luego me encargo de Apito; has sido un hombre bueno y honesto. -Mi hija no murió. ¡Esto es terrible!- dijo el be

Navidades y RD

Ese árbol navideño que tantas luces solía sostener y que tenía un efecto hipnotizante en todos los que entraban a la casa; solo cuelga telarañas... La cajita de música que tocaba una y otra vez las mismas melodías me transportaba al mismo polo norte y me sentaba a la vera de papa Noel; ya no es caja porque las extensiones lo incluyen. ¡Vamos a cortar yerba para los camellos de los reyes magos!, y pongámosle cigarrillos, ron, galletas, leche, etc.… Todo eso ya es un vago recuerdo del tiempo que solía ser el más esperado. De esa burbuja ya he hablado y muchos quizás no estén de acuerdo, mas a mi generación esto lo hacía tan feliz como recibir los regalos; ¿a donde fue a parar tanta magia? Recuerden que la fantasía es alimento de la niñez, déjenle saber cuando crezcan que hicieron lo imposible para que se acostaran el día antes de “los reyes magos” con un ojo abierto y uno cerrado. Las navidades se han ido de vacaciones, supongo que están peleadas con mi República Dominicana… Luch

El cuento maduro de la Navidad

El lavamanos estaba botando agua caliente sin pausa y en gran cantidad mientras le hablaba en voz baja un joven a otro que lo observaba en silencio: “Debo tanto y quisiera pagar… Debo muchas explicaciones de cosas que verdaderamente no sé explicar y que no se si en realidad importan o cambiarán para bien la vida de alguien incluyendo la mía. Debo volver a ser más callado. La soltura no me sienta, siempre he sido muy discreto. Debo volver a ser celoso de mi vida, de mi privacidad, de mi independencia. Debo dar más…Ser aquel muchacho encantador de antes, que no temía a la aventura.” El que guardaba en silencio de pronto lo interrumpió: “Veo que quieres magia. Quieres ser quien eras y me das asco, porque no estás apreciando que eres todo lo opuesto a lo que tanto te endeuda hoy día. Por lo que hoy, puedes decir que has saldado cualquier cosa que te abruma producto de quien fuiste. ¡Estúpido! lava tu cara con un poco de esa agua caliente que abriste hace cinco minutos, porque hace un poco