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Otro gran regalo


Una noche estrellada en víspera del día de reyes conversaban en el balcón:

“¿Cuánto habrá que esperar?”

“No sé cuánto, lo único que sé es que debes estar dormido.”

“¿Ellos vienen juntos o separados?”

“Depende. Si los niños se portaron bien este año, tendrán que dividirse, pues serian muchos regalos para repartirlos en una sola noche.”

“¿Me porté bien este año?”

“Como siempre, te has portado muy bien, eres un niño ejemplar”

“Abuelo. Si he sido tan ejemplar, quiero que me aclares algo… ¿Por qué los regalos no llegan por aquí? Salvo algunas ocasiones, que me han dejado esos dos carritos que cuido tanto y la pelota que ya se me pinchó”

 “Los Reyes magos regalan según el grado de conciencia que tenga el niño que recibe el regalo y el grado de riqueza que tengan sus padres”

Tomó una pizarrita y comenzó a hacerle un pequeño gráfico para que el niño asociara los elementos que él ya le había explicado y así continuó su discurso

“Con el tiempo, te darás cuenta que tu regalo es más especial que el que pueda tener cualquier niño de padres ricos. Tú tienes conciencia, y para tu edad, disfrutas de un don de entendimiento, que muchos adultos no tienen. Tú entiendes y analizas que eres muy bueno y no recibes muchos regalos, sin embargo aún conservas bien guardados esos dos carritos que te regalaron hace un tiempo ya. ¿De qué te sirve tener muchos juguetes, si no les tendrás aprecio? Trata de enfocarte en pocas cosas, cosas que puedas manejar y sacar provecho. Deja que todo lo que recibas, cumpla su función: Una a la vez”

“¿Quieres decir que el verdadero regalo está en saber dar valor a lo que tienes?”
Entre risas respondió el abuelo: “Podría ser una manera muy especial de resumir todas las palabras que usamos los viejos”

¿Y otro gran regalo podría ser tener un abuelo tan bueno como tú?

Lágrimas de alegría y melancolía rodaron por el rostro envejecido del abuelo y dijo: “Tu eres un niño muy valioso… Te podría decir que hay un regalo más grande aun”

“¿Si?”

Claro. Esa vida y sensatez, son el regalo más grande. Y para mi otro gran regalo también es tener un nieto tan especial como tú”

Terminando de decir eso una enfermera agarró la pizarrita y dijo:

“Don Luis, ¿Ya está listo para bañarse y cenar?”

“Sí. Espera que Miguel se vaya a dormir” Luego le susurra “Está impaciente porque mañana llegan los reyes”

“Don Luis, Miguel lo visitará mañana, y va a venir con  sus tres biznietos, como todos los días de reyes... No deje que se me le vaya la guagua”

“¡Ahí estás tú de maleducada e irrespetuosa!”

Con infinita paciencia, acostumbrada a estas malcriadezas, lo alistó para cenar y dormir temprano. La ansiedad de la fecha le cruzaba los cables todos los años por igual.

Comentarios

Andres Velez ha dicho que…
Hermano, siempre que escribes me encanta leer lo que escribe por el mensaje que envias.

Feliz Navidad y que el 2013 recompense tus esfuerzos y buena fe.

Saludos,
av
DC ha dicho que…
Gracias Hermano. Espero que Dios también te retribuya con infinitas bondades.

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