…Y fuiste tan mía que nunca pensé que algo tan lindo y tan bueno tuviera fin.
¿Y Qué más da?
Mira pues todos los finales que tuvo, según recuerdo:
• Acabó como la última botella de vino de la bodega.
• Como una canción repetida sin cesar.
• Como secuela de película muda.
• Como un pez ahogado por hipo.
• Como un gato en una perrera.
• Como un refresco sin soda.
• Como red inalámbrica sin internet.
• Como cartón de leche vacío en la nevera.
• Como teta de madre que nunca más lactará.
• Como el humo de cigarrillo electrónico.
• Como calambre en pie de un nadador durante una competencia.
• Como una erección intermitente.
• Acabó como la guitarra polvorienta de un bohemio muerto.
Creo que el plato fuerte fue tan dulce y el postre tan salado, que no quedaron mas ganas de comer y no por falta de apetito sino por miedo a la indigestión que produce lo impredecible de la gastronomía del amor.
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