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Followers

El mundo ha cambiado tanto en los últimos 10 años que se complica definir exactamente la modernidad, incluso la post-modernidad. Se hace mucho más difícil delimitar el tiempo en que aplica ese término ya obsoleto.  Hoy día solo importa lo actual, lo “trending”, lo de último minuto, lo viral: El momento.

Es una tendencia que va a lo más profundo de nuestras filosofías espirituales: Es como si al ser humano se le está desviando de su propósito original de hacer una diferencia en el mundo, de trascender, de hacer algo que vaya más allá de lo instantáneo.

El día completo vivimos bombardeados de informaciones fútiles, insípidas, llenas de aire. Nuestra vista se jacta desde que amanece hasta el anochecer de selfies tomados por una generación totalmente narcisista e influyente que alimenta más el ego que a su propio cuerpo; donde cuenta más tener likes y followers que verdaderos amigos y contactos reales en tu teléfono.

Estoy 100% de acuerdo y agradecido con todos los avances de la tecnología y las telecomunicaciones, con los canales de información, con los dispositivos que nos facilitan tanto la vida. Creo firmemente que uno de los mejores inventos jamás antes visto es el Smartphone. Pero no estoy de acuerdo con el uso que le estamos dando a estas herramientas, ahora mismo tenemos el acceso abierto para llegar a millones de personas de manera simultánea e instantánea y lo hacemos para pasarles una bobería que hizo otro bobo; ¡Ni siquiera es algo que hacemos nosotros mismos!

Estamos repitiendo información de los desinformados, lloviendo sobre mojado. No indagamos porque ya todo está en la palma de nuestras manos y así sin mirar ni medir nos vamos enrumbando hacia la nueva era de la oscuridad, donde los líderes y curiosos son apenas un puñado, donde hay billones de followers buscando a quien seguir para darle "like".

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