En algún lugar del mundo me encuentro entre caminos habitados pero a la vez solitarios, en donde por alguna razón puedo ver y pensar un sin número de cosas que normalmente no pienso.
Dios está cerca, lo siento en cada suspiro. Cada paisaje que puedo presenciar me confirma esta hipótesis. Cuanta gente, cada uno haciendo los suyo; desempeñando funciones diversas que se complementan una con la otra para que nuestro mundo siga girando de la forma en que lo ha hecho hasta ahora; como las abejas en el panal.
He pensado en todos los sitios que he estado y las funciones que he desempeñado y me pregunto a mi mismo: ¿Donde estaré en los próximos 5 años? ¿Que serie de acontecimientos vendrán a mi vida? ¿Cuántas personas se agregaran a mi lista de conocidos? ¿Cuántas de estas se convertirán en mis amigos? ¿Cuantos amigos mios dejaran de serlo? ¿Quiénes se sumaran a mi caminata por esta vida? ¿Acaso Dios juega a vernos desde arriba y nos coloca en diferentes escenarios con un propósito a favor de su causa? Esto y una secuencia más de dudas y reflexiones se entrelazan a lo largo de mi diario vivir.
Yo solo pido a Dios que me de lo que me toca día a día, por dosis, porque con el plan completo que él tiene para mí; si le pido que se haga su voluntad en un día, creo que no se podría lograr. Le imploro que cuide de los míos que también son de Él y que me los ayude en todo tipo de necesidad, angustia o deseo que tengan en sus vidas.
He aprendido que hay muchas cosas que se escapan de mis manos. Mucha gente que no comprende que en silencio se ama y se quiere. Que la distancia no tiene significado alguno porque los sentimientos puros no tienen espacio y por ende tampoco tienen fronteras.
Por favor... Con los y las que no tengo contacto constante: Tengan paciencia. No los he olvidado, siempre están presentes pero el tiempo no es lo suficientemente espléndido como para concederme la dicha y el honor de poder compartir mis penas y alegrías con todos al mismo tiempo. Estoy seguro que algún día no muy lejano, muchas de las metas e inquietudes que nos rondan y a la vez nos separan; ya estarán cumplidas. Y ahí será cuando hablaremos y recordaremos nuestros momentos dorados y nuestra historia en común.
Dios, salud, vida, amor y tiempo es lo que necesitamos para vivir en plenitud. Si tenemos a Dios tendremos lo demás porque el mismo lo provee.
Dios está cerca, lo siento en cada suspiro. Cada paisaje que puedo presenciar me confirma esta hipótesis. Cuanta gente, cada uno haciendo los suyo; desempeñando funciones diversas que se complementan una con la otra para que nuestro mundo siga girando de la forma en que lo ha hecho hasta ahora; como las abejas en el panal.
He pensado en todos los sitios que he estado y las funciones que he desempeñado y me pregunto a mi mismo: ¿Donde estaré en los próximos 5 años? ¿Que serie de acontecimientos vendrán a mi vida? ¿Cuántas personas se agregaran a mi lista de conocidos? ¿Cuántas de estas se convertirán en mis amigos? ¿Cuantos amigos mios dejaran de serlo? ¿Quiénes se sumaran a mi caminata por esta vida? ¿Acaso Dios juega a vernos desde arriba y nos coloca en diferentes escenarios con un propósito a favor de su causa? Esto y una secuencia más de dudas y reflexiones se entrelazan a lo largo de mi diario vivir.
Yo solo pido a Dios que me de lo que me toca día a día, por dosis, porque con el plan completo que él tiene para mí; si le pido que se haga su voluntad en un día, creo que no se podría lograr. Le imploro que cuide de los míos que también son de Él y que me los ayude en todo tipo de necesidad, angustia o deseo que tengan en sus vidas.
He aprendido que hay muchas cosas que se escapan de mis manos. Mucha gente que no comprende que en silencio se ama y se quiere. Que la distancia no tiene significado alguno porque los sentimientos puros no tienen espacio y por ende tampoco tienen fronteras.
Por favor... Con los y las que no tengo contacto constante: Tengan paciencia. No los he olvidado, siempre están presentes pero el tiempo no es lo suficientemente espléndido como para concederme la dicha y el honor de poder compartir mis penas y alegrías con todos al mismo tiempo. Estoy seguro que algún día no muy lejano, muchas de las metas e inquietudes que nos rondan y a la vez nos separan; ya estarán cumplidas. Y ahí será cuando hablaremos y recordaremos nuestros momentos dorados y nuestra historia en común.
Dios, salud, vida, amor y tiempo es lo que necesitamos para vivir en plenitud. Si tenemos a Dios tendremos lo demás porque el mismo lo provee.
Comentarios
25 Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?.