¿Qué tal?
Sé que has estado preguntándote que ha sido de mi vida y que el encontrarnos ha sido poco difícil en estos días; pues aprovecho estas líneas para darte un pequeño informe de cómo anda todo.
Nada marcha de la misma manera que cuando adolecíamos de gastar el tiempo solo en diversión y ocio. La burbuja en la cual vivíamos se reventó desde el día que nos pusieron la toga y el birrete en nuestra graduación de secundaria. Las ganas de triunfar se adueñaron de mi existencia y salí sin pensarlo dos veces del nido que me vio crecer sin mirar los obstáculos que se me han cruzado; modestia aparte los he cruzado uno a uno. No creas que con esto me convierto en un guerrero invencible como esos que veíamos en la televisión; para nada. Mis fuerzas flaquean y siento que muchas veces nado contra la corriente; me pregunto si te pasa lo mismo.
Resulta algo gracioso pensar que algún día estaremos creando la misma burbuja para nuestros hijos y te confieso que diera lo que sea porque su niñez sea tan mágica como la tuvimos nosotros (en nuestros tiempos). Si, dije mágica; era tanta la magia que ni siquiera nuestros sentidos la podían percibir, ya no está, por eso siento su ausencia.
¿Y que de ti? Escríbeme un día y dime que has triunfado o que has fracasado; te prometo que en cualquiera de los casos brindaremos por un mejor futuro y por la hermosa juventud que compartimos. Brindaremos por una amistad que surgió en nuestra mejor época y ¿por que no? Le daremos la bienvenida a todo lo bueno que ha surgido en cada una de nuestras vidas.
Hemos crecido bastante, en todo el sentido de la palabra pero te quiero pedir que nunca pierdas al niño noble que llevas dentro: El que jugó tanto, y tantas travesuras hizo.
Yo sigo siendo el mismo y como siempre te he dicho: Mi amistad no necesita mantenimiento porque demostraste hace mucho tiempo ya, que eres mi verdadero amigo.
En caso de que no te vea, (como casi siempre pasa) tómate un trago en honor a la eterna juventud.
¡Salud!
Comentarios
Espero que bien. Gracias por visitarme.
Saludos!