En una habitación grisácea, pintura que se adhirió debido a la antigüedad y sin nada más que una cama un poco estrecha, con olor a tiempo; a muchos años mezclados con humedad y pobreza. Justo a la derecha se encuentra una mesa de noche que tiene encima un vaso de agua y un pedazo de pan con muy mal aspecto.
¿Hace cuanto estoy en este lugar? ¿A dónde fue a parar mi juventud? ¿Mis años dorados se han opacado? Espera… ¿Quién soy? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Por qué no he muerto?
Todos estos pensamientos fueron interrumpidos por una gota que cae desde el techo, porque ha llovido más que ningún otro año. Se levanta y camina débilmente hasta la puerta y entra al pequeño baño y se mira al espejo y casi se desmaya. Su cabellera había desaparecido hasta dejar solo sombras de lo que un día fue el cabello con el que las chicas en el colegio jugaban y hasta lo peinaban. Su cara estaba rayada hacia todas las direcciones y sus ojos no brillaban.
Todos estos pensamientos fueron interrumpidos por una gota que cae desde el techo, porque ha llovido más que ningún otro año. Se levanta y camina débilmente hasta la puerta y entra al pequeño baño y se mira al espejo y casi se desmaya. Su cabellera había desaparecido hasta dejar solo sombras de lo que un día fue el cabello con el que las chicas en el colegio jugaban y hasta lo peinaban. Su cara estaba rayada hacia todas las direcciones y sus ojos no brillaban.
Cuánta vida corriendo entre sus venas que se escapó en un abrir y cerrar de ojos… Los dientes siguen en su lugar por lo menos. Pero ¿A dónde se fueron los sueños? Todo es tan confuso para él: No hay tiempo para nada ya, ni siquiera para soñar; ese lujo se lo dio toda la vida y no hizo nada al respecto, solo desear.
Su bella mujer lo abandonó una mañana con todo e hijos porque él no lograba entender que había que resolver. Que lamentablemente él no tuvo, no tiene, ni tendrá los cojones que se necesitan para superar las etapas y progresar por el bien de los suyos.
¿Tanto tiempo ha pasado por encima de su casa? él nunca quiso entender lo que todos los días le repetía ella: No nos estamos poniendo más jóvenes y no hay un ser sobre esta tierra que muera mas solitario y hieda mas que un viejo arrancao...
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Saludos,
AV