No hay manera de describir el azul de ese mar. Un mar cálido como el sol del medio día con olor a paraíso; en el medio va la embarcación tímida ante tan fiero camino. Las olas no cesaban haciendo el reto de la sobrevivencia algo casi excitante, cruzarlo sería conquistar el cielo y la prosperidad; domar fieras y vencer demonios. La noche anterior se había despedido de todo el barrio de manera subliminal, y su plan nunca lo contó para que no haya quejas ni pesimismos. Una yola en la costa era la salida a las penurias y la monotonía de la miseria que se hacía tan pesada como la vida misma que perdía su sentido con cada segundo que marcaba su reloj digital de más de 10 años de existencia. ¿Cómo olvidar ese día que llegó su tío de Nueva York? Vino con maletas de Mikigüey y esnikel para toda la familia, camisetas, tenis, comida enlatada, mas a él le trajo ese reloj que aun tiene en su muñeca. -Mira lo que te traje para que te la luzcas, un Casio digital a prueba de agua. Eso es lo qu
Cuentos y reflexiones de diferentes dimensiones. Tu palabra tal como la madera, sea útil para todo y en todo: Hasta en la hoguera.