-Hoy es el día final. Te convertirás en la mujer perfecta; la última máquina de crueldad y cálculo. A ver.... Por favor recítame las clases , de las cuales has sacado más provecho.
-Todas me han servido de mucho. He cambiado tanto, que se sorprenderá. No hay hombre que me derrumbe. Últimamente ni siquiera las mujeres pueden serme hipócritas. Entre las clases que aún recuerdo y nunca olvidaré son:
*Cómo tomar y fingir sobriedad.
*Mentiras frías, tibias y calientes.
*Relaciones pasajeras y el olvido.
*Te vi y te veré I, II y III
*Resaca moral: Como controlarlas
*Historia de las excusas
*Excusas avanzadas
*Anatomía Avanzada: División de la cintura para arriba y de la cintura para abajo.
-Muy bien… Ya estás lista para ser la última versión de la mujer de hoy. La que no hace drama, que no hace preguntas estúpidas e innecesarias. La que no se aferra y sus sentimientos están muy separados de sus actos. Al fin podremos hacer tantas cosas sin complicaciones. El tiempo ha hecho su obra.
-Sí. Pero he cambiado mucho. No estoy segura que quieras proseguir conmigo.
-De eso se trata. Veo que has aprendido a advertir para ver si yo soy quién sigue tu juego y así desprenderte de cualquier carga de conciencia. ¡Fenomenal! Has aprendido todo, tal y como estaba planeado. Estás definitivamente lista para tu graduación.
-Soy toda tuya. Ya te lo advertí. Las cosas han cambiado un poco. Prosigamos.
El maestro celebraba su triunfo. Por fin, luego de muchas sesiones, había logrado que su alumna y próxima amante ya estuviera entrenada para no traerle problemas a su vida. Ese gran momento había llegado; ese cuerpo exquisito sería de él, quien iba a gozar de la juventud e inocencia de ella. Sin daños a terceros.
La desvistió con lentitud y ella estaba inmutable, serena, como el reflejo de la luna en sobre el mar.
La besó por doquier hasta que la ropa se iba desprendiendo sola. Decidió pasar sus dedos por cada centímetro de la figura tan codiciada, hasta llegar al espacio sagrado, tan anhelado y que ya sería para él.
-Señor, le advierto una vez mas que ya nada es lo mismo desde que tomé sus clases.
-Estoy seguro que no. Todo es mejor ahora, créeme, sufrirás mucho menos que el promedio de las de tu género.
-De eso estoy segura.
-Silencio.
El maestro se decide a introducir su mano en la ropa interior de la joven graduanda. Y se siente algo extraño, la mira y ella sonríe.
-¿Qué es esto?- Pregunta, algo confundido.
-Es algo que me está creciendo desde que comencé a practicar todas las lecciones.
-¿Qué? Pero ¿De dónde te han salido estos dos testículos?
-No lo sé. Tengo ya varios meses con ellos colgándome y muchas cosas de las que me has enseñado me salen mejor desde que los tengo ahí… Prosigue que me incitas.
Solo se escuchó afuera de la habitación de ese motel un grito que más o menos decía así:
-¿EN QUE FALLAMOS?
-Todas me han servido de mucho. He cambiado tanto, que se sorprenderá. No hay hombre que me derrumbe. Últimamente ni siquiera las mujeres pueden serme hipócritas. Entre las clases que aún recuerdo y nunca olvidaré son:
*Cómo tomar y fingir sobriedad.
*Mentiras frías, tibias y calientes.
*Relaciones pasajeras y el olvido.
*Te vi y te veré I, II y III
*Resaca moral: Como controlarlas
*Historia de las excusas
*Excusas avanzadas
*Anatomía Avanzada: División de la cintura para arriba y de la cintura para abajo.
-Muy bien… Ya estás lista para ser la última versión de la mujer de hoy. La que no hace drama, que no hace preguntas estúpidas e innecesarias. La que no se aferra y sus sentimientos están muy separados de sus actos. Al fin podremos hacer tantas cosas sin complicaciones. El tiempo ha hecho su obra.
-Sí. Pero he cambiado mucho. No estoy segura que quieras proseguir conmigo.
-De eso se trata. Veo que has aprendido a advertir para ver si yo soy quién sigue tu juego y así desprenderte de cualquier carga de conciencia. ¡Fenomenal! Has aprendido todo, tal y como estaba planeado. Estás definitivamente lista para tu graduación.
-Soy toda tuya. Ya te lo advertí. Las cosas han cambiado un poco. Prosigamos.
El maestro celebraba su triunfo. Por fin, luego de muchas sesiones, había logrado que su alumna y próxima amante ya estuviera entrenada para no traerle problemas a su vida. Ese gran momento había llegado; ese cuerpo exquisito sería de él, quien iba a gozar de la juventud e inocencia de ella. Sin daños a terceros.
La desvistió con lentitud y ella estaba inmutable, serena, como el reflejo de la luna en sobre el mar.
La besó por doquier hasta que la ropa se iba desprendiendo sola. Decidió pasar sus dedos por cada centímetro de la figura tan codiciada, hasta llegar al espacio sagrado, tan anhelado y que ya sería para él.
-Señor, le advierto una vez mas que ya nada es lo mismo desde que tomé sus clases.
-Estoy seguro que no. Todo es mejor ahora, créeme, sufrirás mucho menos que el promedio de las de tu género.
-De eso estoy segura.
-Silencio.
El maestro se decide a introducir su mano en la ropa interior de la joven graduanda. Y se siente algo extraño, la mira y ella sonríe.
-¿Qué es esto?- Pregunta, algo confundido.
-Es algo que me está creciendo desde que comencé a practicar todas las lecciones.
-¿Qué? Pero ¿De dónde te han salido estos dos testículos?
-No lo sé. Tengo ya varios meses con ellos colgándome y muchas cosas de las que me has enseñado me salen mejor desde que los tengo ahí… Prosigue que me incitas.
Solo se escuchó afuera de la habitación de ese motel un grito que más o menos decía así:
-¿EN QUE FALLAMOS?
Comentarios
Excelente analisis de la dinamica entre hombre y mujer. En la realidad actual en donde la mujeres quieren convertir a los hombre en femeninos y los hombres a las mujeres en masculinas; es saludable recordar que ambos sexos se complementan y que nunca, nunca vamos a ser iguales. Cada uno trae consigo fortalezas y debilidades y de estas nace la magia del romance.
Me alegra mucho tenerte por aquí tía!
Tu comentario es muy preciado.
Andy e Ibelka: Muchas Gracias tambien ustedes son fijos aquí.